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martes, 22 de noviembre de 2016



ONÉSIMO REDONDO RAMOS A LA SOMBRA DE LA CRUZ MURIÓ POR LA LIBERTAD











La cruz proyecta sobre su sombra sobre la piedra basáltica. Es de un granito gris funeral pero el campo está alegre por detrás, crecen las mieses obradas de pan llevar bajo la vigilancia de las estrellas de Castilla que es alegre y corredora por los veranos yh en invierno austera, religiosa y sentimental. La sombra del ciprés es alargada pero ¿creerán los cipreses en Dios? No sé. Me acerco con el corazón encogido a estas lápidas abandonadas. Un silencio de veneración semi místico reina en la tarde.

Para muchos de mi generación fue siempre un templo sagrado. Un lugar para la esperanza no para la revancha. El monolito no lo han tirado ni lo tirarán, pero de momento no lo han tirado, bendito sea Dios. Los campos de Castilla donde empiezan las Morañas donde crece, ya lo decía Lope, el mejor trigo de España, lloran el recuerdo de este joven que fue fusilado en una cuneta a la salida de Labajos. Joven, periodista, poeta y camarada con mucho de profeta. Puso el dedo en la llaga, anunció la que nos esperaba: la esclavitud del ser humano, la desvinculación del hombre con la tierra, el separatismo triunfante y demoledor, la incuria e inconsciencia de la Iglesia ante la perversidad judaica-fue un párroco el que lo denunció pero su memoria eterna es guardada a la sombra de una cruz de granito- el poder de las logias y de las mafias, la desrurarlización del agro y la venta del campo en parcelas, los engaños y contubernios. En fin su obra es densa y a mi juicio mucho más importante que la de José Antonio Primo de Rivera. Onesimo fue el gran pensador jonsista que nutrieron a Falange al alimón con Ramiro Ledesma el zamorano. Ellos dos creían en los de abajo, pedían paso para los buenos vasallos, para la gente comunera y castellanos de pro. Sus ideas socialistas inspiraron a Girón el fautor de la revolución social que los españoles disfrutamos pero hicieron chirriar los goznes derechistas de los meapilas de la CEDA, el PP de 1936, y de ciertos curas vaticanistas. Onésimo en sus articulos magistrales supo enseñarles que el Vaticano no es la iglesia sino una potencia extranjera que nada tiene que ver con aquella iglesia española que llevó el catolicismo a Hispanoamérica. Sólo los que aman a esta gran patria que es España podrán entender el pensamiento de Onésimo Redondo y de Ramiro Ledesma. El otro era un orador con buena facha pero un señorito.

Tenía sólo 26 años como tantos y tantos mozos de aquellos reemplazos un 24 de julio de 1936 de uno y otro bando. Las circunstancias de su muerte siguen sin aclararse.

Nos queda, desde luego, el mito: Caudillo de Castilla. Otro Cid y en ese mito crecimos y reverenciamos y un estremecimiento, algo así nos zarandeaba el cuerpo cuando nos acercamos a estos llanos donde Segovia y Ávila se hermanan en largas obradas de surco en todo lo que hasta el limpio cielo azul del horizonte de Guadarrama abarca la mirada.

Yo rezaba un padrenuestro por su ánima pero no paraba. Esta vez aparqué y adoré la cruz. El monolito sigue descuidado. Entre las losas crecen las malas hierbas y en los bancos de piedra ya no se sienta nadie. Este creo, sin embargo, que es un buen lugar para meditar pues ancha es Castilla. Tierra magnánima para el perdón. Hora es ya de perdón. Convirtamos las lanzas en rejas de arado. Hay que ir a arrejacar el futuro. El porvenir aguarda.

A pesar de todos los innuendos y maneras de la Memoria histórica-y esto le honra al presidente Zapatero- nadie ha demolido estas lápidas. Nadie derribó la cruz que se alza enhiesta y solemne en el atardecer de otoño. Algún letrero insultante de grafitero cobarde y aleve ha dejado su marca y su dele. Padre perdónalos porque no saben lo que hacen. Pero nada más. Hay que respetar a los que cayeron a uno y otro lado. Imitemos a los americanos. Cuando se visita el museo de la Memoria en Nueva York en sus vitrinas uno encuentra la estatua del general Lee, el líder de los rebeldes sureños compartiendo sala con el retrato del presidente Lincoln. Ojalá que en otras tantas zanjas en innumeras cunetas donde encontraron tantos españoles sin nombre el tiro de gracia se elevasen monumentos como éste aunque no tuvieran cruz pues no es cuestión de creencias sino de amor y de perdón. Los otros también fueron mártires. Vamos a tener que construir muchas lápidas y grabar muchos nombres para contar la sinrazón de aquella locura fratricida. Unos y otros fueron mártires de una pasión, su pasión y su idea de España. A veces ni eso porque muchos pobrecitos no supieron ni siquiera por que morían ni de qué iba la cosa y perecieron en aquélla borrachera de odios, de envidias y de ignorancia.

Álcense monolitos y túmulos que honren su valor y su coraje pero no profanemos la memoria de los que ya están porque en este caso ni son todos los que están ni están todos los que son. Onesimo Redondo no era un hombre de derechas. Era un remolachero, un agricultor, abogado de los pobres, defensor de la Castilla irredenta. Caudillo agrario que iban por Castilla gritando "arriba el campo". Postulaban la reforma agraria Sus grandes enemigos fueron las fuerzas vivas de Valladolid, algunos círculos de la derecha y sobre todo de la Derecha que incomprensiblemente le dio la espalda siendo él un hombre de un cristianismo profundo y de piedad acrisolada. No un meapilas, ni un manso, sino un rebelde como el mechón de su caballo que adornaba una cabeza donde anidaban unas ideas muy claras.

Gran escritor y toda una pluma galana que en sus textos desgarrados por el amor profundo que sentía hacia su Patria se dejaba jirones de piel. De una precocidad y de una clarividencia sorprendente. En sus augurios se acerca a lo profético cuando afirma que el capitalismo y el marxismo son las dos puntas de sendos cuernos que arrancan de una misma testuz. Merecería la pena releer sus libros hoy inencontrables y descatalogados. Ya tenemos delante una crisis en Wall Street y la Banca se nacionaliza que es lo que él pedía. Según él, este Sistema se cimienta en el poder del dinero y en la prensa. Marx no era sino un tapado de los grandes banqueros ingleses y alemanes.

La punta de lanza de un gobierno mundial bajo el imperio de un pensamiento único e irrefutable con Ministerios de la Verdad que sólo sirven para propalar mentiras y oficinas de la paz que sólo sirven para la guerra y donde todo el mundo vive bajo la vigilancia del Gran Cofrade y recelando los unos y los otros. En definitiva, un mundo feliz apto para encefalogramas planos y para cabezas de chorlito.

Y este periodista y tribuno castellano ya lo había vaticinado antes de que Orwell se sentase a redactar en una buhardilla de Londres su “1984” o Huxley se fuese a vivir a California porque recelaba de los sabuesos del M05 para escribir “A brave new World”. Es lo que está pasando.

De Onesimo Redondo sólo cabe decir lo mismo que de Gracilaso que buen caballero era. Si Onesimo volviera yo sería su escudero. Otro Cid. Dios que buen vasallo si hubiese buen señor. La Castilla la gentil se nos quedó en los palurdos de Delibes y en esos burgos podridos donde la envidia y la emulación y el egoísmo que viven a la sombra de los campanarios de las iglesias vacías aguardando la pensión o en espera que llueva del cielo las subvenciones del Estado por las que él tanto luchara.

Están volviendo los caciques, los malos quereres. Somos proclives al caínisimo. Ese cainita cinsmo de las derechas. Onésimo haciendo honor a su nombre griego que significa el que ayuda el misericordioso, no era un hombre de derechas ni de izquierda. Sino un español de una sola pieza con dos manos, dos pies, dos ojos, dos cojones y una sola inteligencia. Puede ser que en su muerte estuviera implicada la CEDA. No fue fusilado por milicianos sino por el comandante de puesto de la Guardia Civil.

Fue victima de una emboscada o de un chivatazo. La tercera semana de julio de 1936 fueron horas de una confusión terrible. Y a él lo arrimaron a la tapia de una casa que hoy existe- es una tienda de anticuarios con una arco de ladrillo enjalbegado en la puerta- en la madrugada del viernes 24.

Dicen que había bajado a parlamentar desde la sierra con los anarquistas. Los de la CNT iban vestidos igual que Falange. ¿Se confundió las líneas o quería verdaderamente hablar de un posible armisticio? Por lo visto, el “Balilla” en que viajaba ostentaba bandera blanca en el guardabarros. No se sabe.

Acababa de salir a primeros de mes de la cárcel de Ávila donde estuvo detenido sin juicio previo, después de un destierro en Portugal por sus ideas políticas, y fue uno de los primeros que se unió a las columnas del general Serrador. Días de confusión, de ordenes y de contraordenes. Mi padre que era artillero en Medina así me lo ha contado. Muchos chaqueteaban, nadie sabía a donde iba ni qué es lo que pasaba.

Se creía que no era más que una cuartelada, un simple golpe de estado. Cosa de poco. Unos días y todos a casa. Luego las cosas se complicaron a medida que los ánimos se enconaron.

Era un sindicalista acérrimo de ideas jonsistas más que falangistas que fueron inspiraron a su camarada José Antonio Girón y gracias a este ministro de Trabajo del franquismo muchos hispanos tuvieron lumbre, tuvieron pan, tuvieron casa, seguridad social que acabó con las temibles igualas sanitarias. Si enfermabas o vendías la hijuela para hacer frente a los gastos de hospital, te morías en un rincón por no poder pagar a los galenos. Ese mundo lo he conocido yo.

Gracias a su viuda fundadora de Auxilio Social, Mercedes Sanz Bachiller, los niños de la posguerra pudimos beber un vaso de leche o acogernos a las casas cunas de las mujeres de Falange, íbamos allí a merendar. Un hecho ineluctable. Murió por decir la verdad y luchó por la libertad. Y “Liberad” se llamaba el periódico por él fundado. Me cabe el honor de haber firmado en sus columnas hasta que se produjo la gran desbandada.

En él dijo verdades de a puño en su estilo elevado y elegante de los viejos hidalgos castellanos que siempre llaman al pan, pan, y al vino, vino.

Desde luego no era políticamente correcto pero las predicciones que avanzara este valiente líder castellano se están cumpliendo de pe a pa: sobre el separatismo, la injerencia de los ingleses en la política española –nuestra guerra civil se coció en los conciliábulos de Londres- el poder de los banqueros, la masonería, el separatismo, el agio, la especulación financiera, el capital, el señoritismo, la reforma agraria, los borbones, un viaje a las Hurdes, la crisis mundial, el ocaso del progreso, la pornografía, Lerroux y su coche oficial que utilizaba como nido de amor para acosar a sus secretarias, los del PNV, el latifundio y el minifundio, los pucherazos, la compra de votos, los curas trabucaires, los malos sacerdotes españoles que llenaban las aldeas de oscurantismo y de rivalidades.

Su obra es una causa general para incriminación y corrección de yerros, nunca de revancha. Es el aguijón para despabilar conciencias adormecidas.

Quería a su patria precisamente porque había muchas cosas en los españoles de entonces que no eran de su complacencia. Con la pluma debeló la derecha y arremetió contra el tancredismo y la hipocresía de la clerigalla. Sus libros debieran ahora inencontrables debieran ser reeditados. Andan fusilados en el paredón del olvido y dejan que crezcan sobre el sepulcro los cardos cinerarios, las hierbas sin nombre, puro abandono. Con él hemos sido muchos condenados al silencio; nos derriban nunca nos rematan. Han pasado los tiempos de persecuciones pero algún día las canalladas, acosos, conminaciones y amenazas que sufrimos saldrán a la luz. Y no venían precisamente de los que antaño llamaban “rojos”. Hemos sufrido igual que Onesimo el bombardeo del fuego amigo. Joder ¿Y esos eran de los nuestros? Los que celebraban una cena todos los años en Quintanilla de Arriba que ahora se llama Quintanilla de Onesimo entraron en nuestras vidas y en nuestra libertad como un elefante en la cacharrería, ahora, gracias a Internet, este maravilloso invento judío, hemos vuelto a la palestra ¿Y aquí estamos?

Los oportunistas, los aprovechados, los ignorantes. Esa derechona que consiente que le maten un hijo antes que perder una finca. Castilla en los cincuenta estaba cubierta de remiendos, ahora lo que hay es mucha mugre moral y mucho cinismo. El ojo del amo engorda al caballo. Aunque los perdonamos. No son malos chicos aunque algo cobardicas y partidarios del lema del miedo guarda la viña. Veamos.

Con tan sólo 26 años, un caso infrecuente de precocidad y de madurez en la vida española, tuvo una visión del mundo y una visión de España. Amaba a España porque no le gustaba. Murió por ella. Fue un valiente. Respetemos su memoria que es tan limpia y respetable como la de sus rivales, nunca diré enemigos, que también murieron por España y que entendían bajo un prisma diferente al de Onesimo. Loor a todos los muertos. Todos erais españoles de una y otra hoja, luchabais por lo mismo aunque en diferente trinchera. No más parapetos. Nie immer. Nunca más. No volver a las andadas.

¡Presentes!

 

martes, 15 de noviembre de 2016


BABLE: EL CASTELLANO Y LAS PALABRAS MÁS HERMOSAS


Antonio parra-galindo

No hay carretera sin barru nin prau que non tega yerba ni niña sin amores etc. La tonada crece hacia adentro como el rumor de los raudales cantarines que de pronto uno encuentra por el monte, tramontada una sebe o zarzo - la sebe o saepes es latín puro y de entonación suave no como la de los del Lacio o los de la Dacia, eso me lo dijo una vez dándole caladas a su pipa el profesor Criado del Val que de filologías sabía un rato- cuando uno se pierde por las brañas de Manto al encuentro de las xanas.

Y es que Asturias es el alma y la cuna de la nación española, temple recio e independiente como la voz de nuestro juglar el Presi, hijo de guardia civil y socialista hispano y astur temple como sus tonadas de inimitables filados. Gracias a los satures y los leoneses el latín que hablaban los legionarios romanos no se arabizó o se perdió de remate como ocurrió en Tagaste y en Mauritania. Covadonga es más que un símbolo y un estandarte como Kosovo para los yugoslavos (aquí comenzó a latir el corazón pequeñito de una nación) fue un antemural que conservó las leyes los usos y las costumbres y sobre todo la fabla. La j que dicen trajeron los moros pero yo creo que es fonema vascongado no pasó el Puerto Pajares ni el Somiedo ni Puerto Ventana.

Hay una serie de características fónicas que identifican al bable como un dialecto o una lengua y es la inalterabilidad de la  f labiodental plosiva que enmudece en el castellano y se torna en h,  el mantenimiento de la g gutural frente al acoso de la mentada consonante y la inmutabilidad de x renuente a hacerse j aunque se mantenga en el Ijuju que es el grito basico de la danza prima.

Asi que un asturiano de Somiedo siempre dirá fembra, güeyos (ojos) y güevus  huevos y puxar  empujar aunque es más aldeano todavía el non emburries. Otro signo de identificación es la utilización de los enclíticos pronominales y la proliferación del articulo con el apostrofe así como la tendencia a suprimir la preposición de y a la predilección del pretérito indefinido en sustitución del pretérito perfecto o el anterior. Pero existen voces bables intraducibles y que se desconocen en el castellano habitual:

Pesllar o cerrar con llave.

Abocanar  cesar la lluvia

Afrellose y esguardamillose se deslomó de un golpe.

Arrebalgar o cabalgar a horcajadas.

Acompangar o comer pan con compango o monfongo algo de sustancia que siempre se echará en la fabada

Argallo y argallu argallar un derrumbe o alud a causa de la lluvia

Trebeyar que no es traballar sino todo lo contrario es el retozar con una moza una tarde de romería por ejemplo.

Xintar comer a mediodía

Mancarse cortarse

Desmangarse descomponerse una herramienta

Fesoria por azada

Enxereyar o enjaretar.

Por ultimo otra constante en la eufonía entonación del  acento que suena mucho más meloso y musical que el bronco castellano de Valladolid es la inclinación por los dominutivos que son cantidades. Así  rapaz o chaval tiene rapacín, rapazón y rapazuco. Jovellanos y Carlos Parada nos advierten que la evolución genérica está menos evolucionada que detrás de los montes. Así el calificativo bonum bona bonus que en castellano da bueno en bable es bonu para el masculino bona para el femenino y bono para el neutro.

 El amigo Bono, ese que dice ser socialista. entonces debe de tener raices  de alta montaña. Mejor casi  que no, no oiga. En alguna de las Polas yo he oído decir vino bono que conserva la estirpe latina de vinum bonum laeticat cor hominum. El vino bueno alegra el corazón de los hombros pero Berceo ya nos habla de un vaso de buen vino. En la Rioja hubo por tanto una mayor evolución. El bable ofrece puntos de contacto o hermandades que nunca seran totalidades con el gallego. Y uno puede escuchar hablar de almofallas o hueste. Adur apenas. De azconas que eran dardos pequeños. Daquende de aquí que. Fabliellas o chismes. Falagueros y falagar. Te falagaré con un palu de avellana dice la canción en sentido sarcástico. Aquí no es halagar sino cutir sacudir. Otro asturianismo es tupir. Tupiose el lavabo. Fornados y furacos agujeros. Leno alcahuete y asmar por conjeturar ver entender. Laceria de llacerar. Según la región y el valle así la fabla. El idioma de los asturianos está muy disperso y ofrece la originalidad y talante independiente de sus hablantes aunque siempre se puede establecer una linea que homologa a los diferentes bables. Lo difícil y problemático es hacerlo de una forma artificial como se pretendió hacer con el vasco en el cual los de Navarra y los de Guecho no se entendían. Al homogeneizar una lengua por las bravas siempre se pierde la espontaneidad. Los léxicos no se puede enseñar nunca con pistolas ni a cañonazos.

06/03/2008

domingo, 13 de noviembre de 2016

RICARDO LEÓN JAUJA



 




Esto es Jauja el tinglado de la antigua farsa. Escribía en su chalecito de Torrelodones novelas clásicas en un estilo pomposo y arcaizante al cual nadie podrá negar la elegancia y su numen de vate malacitano. Siempre se asoma Andalucía a sus páginas lo mismo que Cantabria (Casta de Hidalgos). Escribía pro aris et locis. El grillo del hogar. AL ANDALUZ HAZLE LA CRUZ




En sus novelas se siente España, la tristeza del soldado que vuelve a la patria victorioso cubierto de medallas al cual le alzan una estatua sí pero le niegan un trabajo y el héroe se muere de hambre. Esta es la trama de uno de sus mejores libros, Jauja, el más autobiográfico. Ricardo León fue al igual que Pedro Antonio de Alarcón soldado en la guerra de África peleó contra Abdelkrim y se distinguió por su heroicidad en un blocao de Dar Akoba como único superviviente de una compañía que resiste loas embestidas de una cabila. Lo que no lograron los moros lo van a conseguir los cristianos. El sargento Ciruelo por un lío de faldas es asesinado por la espalda a lo largo de una cacería por el marido de su amante. Castiella face los omes... Esta es la trama de esta narración que empieza con visos de comedia, salpimentada por el gracejo y el garbo andaluz y rota, al albur de las pasiones desatadas en un pueblo jienense, hacia los despeñaderos de la tragedia.




Juan García se alista en la legión para salir de la pobreza (a la guerra me lleva mi necesidad/si tuviera dineros/ no fuera en verdad/, canta una copla) en que vive su familia que pertenece a una de las de más abolengo del pueblo y del Rif regresa con los galones de sargento y con un brazo de menos. Sus paisanos le dispensan una recepción apoteósica el alcalde requiere los oficios de un escultor para que le levanten un monumento. A los pocos meses ya nadie se acuerda de la gesta ya SE HA OLVIDADO a aquel ilustre hijo de Jauja.




Tiene que vivir pegando sablazos y para su fatalidad traba amistad con la hija del alcalde malcasada con Pavón, Candelaria, durante las fiestas del antruejo. Mal acabará aquel carnaval. El marido no lo sabe pero pronto lo sabrá (todo el mundo lo sabía/todo el mundo menos él) de modo que tal extremo va a dar a la novela un carácter lorquiano, aunque mucho menos sangriento que "Bodas de Sangre" o la "Casa de Bernarda Alba" y más bufo porque León taja su pluma en los acentos de la jaranera Andalucía, y dentro de unos patrones absolutamente clásicos. Anguis latet in herba, nos advierte




Don Ricardo, el que volvió de la guerra de Melilla y quedó útil para los servicios auxiliares (tuvo una paga de mutilado de guerra que le ayudó a sobrevivir compaginando estos haberes con un puesto administrativo en un banco de Santander, lo que le permitió comprarse una casita en Galapagar y editarse sus libros en la Librería de Victoriano Suárez muy bien impresos por cierto, cada capítulo abre con una letra capital) estampa aquí algo de su biografía, el desaliento y la incomprensión de aquellos cuyo feudo defendió con las armas en la mano, la chabacanería e hipocresía de una ciudad levítica obsesionada con el qué dirán. En Jauja todo se olvida y se perdona. Se puede hacer cuanto le pete al demonio al mundo y a la carne pero a la chita callando, recatadamente, tras muchas llaves y cerrojos. Robar a los vivos y a los muertos pero guardando las apariencias con el respeto de las leyes y bajo la fe del escribano. Lo que no se puede hacer ni se perdona es "dar que decir" y el poner en berlina a los demás".




Este parlamento del alcalde Mirambles marca el paso de la trama donde se entreveran personajes tan bien descritos como el arcipreste don Rafael un cura de manga ancha, el general Cienfuegos héroe de las lomas de Carey y que ahora tiene en su casa una pajarera y se dedica a dar alpiste a los canarios, gordo y panzudo y con un coramvobis que no le cabe en el sillón, el archivero gallego el teniente de la armada Pavón marido engañado el que porta la cornamenta y arrima los podencos de la rehala de la alcalde en las montería como quitador que arrebata a los podencos de husmeo y cobro sus presas, descuidando su propia parcela, la magdalena arrepentida Candelaria; Tula Cienfuegos el ángel del hogar que se enamora del protagonista (no hay ser más peligroso que una hembra despechada) o el inglés mister Plot accionista de las minas que se abrieron en Jauja.

Es todo un cuadro de actores que se enfrentan a una trama contada como si fuera una cacería. Se escucha a lo lejos el latir de las rehalas, los gritos de los ojeadores y el sonido lúgubre de las caracolas.




La muta de lobos discurre por los desgalgaderos y pendientes de Sierra Morena entre jarales y retamas, lentiscos y florecidos cantuesos. Bella estampa cinegética dentro de un paisaje grandioso el de Despeñaperros donde, pasada la famosa venta de Cárdenas Europa se asoma a Afinca y en los días claros se divisan los turbantes nevados de los montes de Tingitania.




Torpe y maléfica ciudad patria envidiosa, pueblo, ingrato y ruin que haces a los hombres y los desgastas, que haces los héroes y los matas y en cada homenaje pones un sarcasmo y en cada estatua una picota.




León se queja de lo mismo que se quejaba el juglar del Mío Cid y de algo que entristeces a todos nuestros escritores del barroco: España dulce albergue de extranjeros y madrastra de sus propios hijos. La ingratitud además de la hipocresía o del adulterio constituyen la carpintería de esta obra que brotó de la pluma de un novelista a los que los runflantes que van instalados en la carroza tachaban de carca pero que conocía bien su oficio porque aquí, desde siempre, unos crían la fama y otros cardan la lana.




Cotejando sus páginas con la de los supervalorizados, Galdós o Baroja, estos dos monstruos sagrados salen perdiendo por más que los críticos remendones y hermeneutas del refrito digan lo contrario. España es un gran país. Por ende su literatura es una caja de sorpresas.




Otro personaje soberbiamente trazado es el del vicario hombre tolerante y magnánimo que trata por todos los medios de salvar a Juan García Olavide de las fauces de la jauría primero cazándolo con su ama de llaves y después otorgándole un salvoconducto. Los planes del clérigo naufragan de la misma manera que fracasaron los de fray Lorenzo el de Romeo y Julieta de Shakespeare en su intento por salvar a los dos amantes.




A Juanillo García Olavide alias Ciruelo, el sargento legionario, le da muerte el marido de Candelaria emboscado entre los tollos de la Cueva del Pipe en una emboscada montesina. El héroe de la guerra de África andaba por malos pasos y a la flor del berro, se iba de putas, derrotaba por las tabernas.




Una noche se enfrenta a su propia estatua elevada en el cruce a la entrada de la población y habla con su sombra intentando en medio de su borrachera arrebatarle todas las medallas y laureadas que el ídolo de barro cuelga en las hombreras porque ya no sirven de nada. La escena resulta de un dramatismo tan pintoresco como el del comendador Juan de Mañara que lleno de españolísima osadía convida a cenar a un difunto en nuestro teatro clásico. Es el mito de don Juan tan repetido encajado entre los joyeles y engastes de una gran prosa donde lo pomposo no anda a la greña con lo jocoso y satrírico. Jauja es una diatriba contra la sociedad española en los años de la dictadura de Primo de Ribera, denunciando bellaquería e imposturas, cuando, ay, mucha más libertad que en la España de 2014 enquillotrada, zafia y mucho más zaina y cabreada que la de entonces.




 




 


sábado, 12 de noviembre de 2016

el sr cura de abres al que conoci y entrevisté














CANTAMAÑANAS Y BUTANEROS. NUESTRO NUEVO PERIODISMO
 
Ya cantan los pájaros al albor. La primavera se adelanta. Llueve. Menos mal. Grande eres en tus obras, Señor. Rezo el salmo 62 de Laudes del Oficio Parvo a Nuestra Señora. “Ad te de luce vigilo”. Hay que estar en guardia contra tanta cabeza de chorlito. Esa plaga que nos invade. Ya están aquí los butaneros y cantamañeros. Entre col y col una lechuga. Entre cuña y cuña comercial un mitin. Tararí... tí.. Ti. Alzamos al redoble de tambor y toque de cornetas, prietas las filas, montañas nevadas.
 Por favor no me pongan ese pasodoble tan nostálgico de la España que perdimos que mi alma se desinfla. Se enternecen mis fibras y las piernas se me vuelven flan y los dedos huéspedes. Y me entra un cierto desapoderamiento de los sentidos. España es una y cabal. No volvamos a partirla en dos. Nosotros seguimos en esa misma demanda y llevamos repitiendo esta consigna de reconciliación lo menos ocho lustros. Ni la izquierda deletérea progresista y a veces sin sentido nacional. Ni la derecha nostálgica, ególatra, testaruda y que no piensa en los demás. Mi corresponsalía en Inglaterra y Washington me llevo a la persuasión de que somos un pueblo grande y hermoso pero con frecuencia manipulable y papanatas. Esto es caer en la trampa de la guerra civil. Y desde entonces me fío poco de los de Oxford y Cambridge pues mi alma mater es Alcalá.
 Me gustaría ser paloma que sabe convivir con la bandada. Es un ave cándida y social. Más que halcón egoísta y rapaz volando a su aire. Pero aquí los halcones con harta frecuencia se convierten en pavos reales muy finchados y despampanantes desplegando su bonita cola pero que son incapaces de volar. Volemos pues. Y volar es convivir de la misma forma que gobernar es transigir. Perdonar. Se nos va la fuerza por la boca. Dos pasos delante y uno detrás.


Me desenchufo o le doy al guial -amigo de las ondas cortas y del DX, distancias desconocidas que llegan por el cañón de los sueños, esa gamelleira de la imaginación, tubos catódicos, brahones y retahílas. Y abandono las estacionales nacionales. La radio, un poco más de música maestros y no tanta información/desinformación. Menos palabrería. Es la radio el mejor instrumento de transmisión de ideas, afectos, sugerencias (deberían sacar más los micrófonos a la calle a ver lo que el pueblo opina, vox populi, vox Dei) puede convertirse en un instrumento de incomunicación. ¿Serán galgos o serán podencos? De todo hay en la viña del señor pero esos gigantescos programas mañaneros cuando canta el ruiseñor y suenan las arengas y los mítines - parece ser que hay montada toda una estrategia del horror y del encono, pero a fin de cuentas esta es la democracia o la de uns pocos con derecho de pernada y de opinión- ponen al oyente en pie de guerra, no son ideas. Cesen las crispaduras. Ese  que tiene la voz un tanto aflautada y la cara de máscara. Es un clown. Más feo que Picio y listísimo más listo que el hambre y la verdad es que no lo hace mal. Imposta la voz, maneja bien el castellano pero no es más que un mimo, un momo y ambos vocablos dan en memo. Su voz sale de las cavernas de la derecha antisocial. No creo que le importe demasiado Miguel Ángel Blanco y tampoco condenando a la horca a De Juana le vamos a devolver la vida ni a él ni a los guardias civiles pobrecitos que alevosamente tronzó en la flor de su edad. Ya los pagará. Si no es en esta vida en la otra. Tiene mucho purgatorio si es que no va a las calderas de Pedro Botero -que será lo más probable- de morros y de cabeza. Y mientras le llega su hora, carne de frenólogo y de manicomio. Dios proveerá y dios lo juzgará. Además, fue excarcelado por una disposición incomprensible de los del fraque y la toga.
 Un juez en tiempos de Aznar le redujo cadena y los dos mil años de condena se quedaron reducidos a dieciocho. En agua de borrajas. Total.  Son ladridos las que se ponen en circulación: chantaje, manos blanca, presidente al paredón. Ultraje y las palabras se vuelven espadas y consignas y el personal las repite como loritos en las tertulias en los chats y en los foros. Clama la voz, la mía, en el desierto. Calma, señores. Un poco de recapacitación.
 Aquí lo que importa es el muerto. El cadáver sobre la mesa. Un muerto mil votos. Cincuenta mil. Un millón. ¡Qué triste realidad! Así que el personal marcha camino del trabajo y se apretuja en el metro o en el autobús repleto de hordas haloetnicas, que seguramente el siglo XXI va a ser el de las grandes masas, del descorrimiento de pueblos, de la perdida de ese centro de equilibrio que era Europa y el cristianismo en su mejor versión la católica, con el cabreo de haberse desayunado el sapo mañanero. A las masas se las maneja mejor con el horror pero este axioma determina no pocos retos a la libertad de expresión.
 Ruede la bola de la información-desinformación. El control de las prensas y de la palabra o la imagen que baja por el éter puede llevarnos a una nueva era de hombres robots con el cerebro bien lavado mas no así el corazón. Los trusts y los grupos de comunicación se imponen y hacen la guerra entre ellas. Recuerdo a principios de los noventas las luchas internecinas entre servios y caníbales. El grupo Z y el grupo Prisa y el de la Cope capitaneado por Antonio Herrero. En esa lucha de golpes bajos y patadas en la espinilla valía todo. Desde la difamación hasta la más inaudita vesania. ¿Es que llevaba razón aquel vasco que dijo y ahora lleva una vida monástica en un pueblo de Guadalajara que somos una tribu? Leguineche quiero decir. Gran reportero de todas las guerras pero creo que esto le viene un poco estrecho. Como a mí que estoy de vuelta de todo. Pues muy bien somos una tribu. Que pasen los periodistas y coman que dijo el ínclito Romanones.


 Las espadas están en alto siempre en esta maravillosa profesión donde han resucitado querellas antiguas sin la crudeza del siglo XIX desde luego(recordemos que Azorín, el impávido Azorín, fue a por Maeztu que era algo vehemente y que había puesto la novelística del autor de Monóvar del Campo cual hoja de perejil) con una navaja cabritera y al ceceante Valle Inclán el de las barba de chivo lo dejó manco otro colega Manuel Bueno con un verduguillo, la herida se le infectó, los duelos de la literatura fueron famosos en aquel tiempo y yo he visto a un colega en Londres atizarle un botellazo al corresponsal de un diario de la competencia) estas determinaciones ab irato de poco sirven pues la violencia es algo inane pero son el pan nuestro de cada día en esta profesión. Uno tiene que llevar rodela y hasta un coselete antibalas creo que eso ocurre aún en Hispanoamérica cuando va a la redacción. Uno escribe y uno habla desde la dilección y con un afán ético o moralizador, o al menos así debiera de ser, desde la sátira y desde el perdón, pero no hay manera para no hacer -dulce razón de amor- de mi querida patria una España encabronada y acojonada
. Pero la crispación, esa palabreja que tanto se usa ahora, llega por el aire y el Evangelio me dice “no luchareis contra los hombres y la carne sino contra los malos espíritus que viajan por el aire” (palabras de la ordenación de diáconos en la Iglesia grecolatina). Y el advenimiento de los grandes midas de la comunicación todo un fenómeno sociológico. Seguimos luchando contra los molinos de viento aun corriendo el riesgo, ya lo sabemos, de acabar con los huesos quebrantados y molidos. Peleando con la dialéctica de la destrucción, oye. En esta sociedad de la imagen parece ser que el hombre carece de vida interior


. Su existencia se desarrolla hacia afuera. A mí que me dejen en paz. Furbo. Quiero Furbo. Panem et circenses. En algo hay que entretener a las masas y mantenerles distraídos. Dales pan y circo ¿Y a los periodistas? Que pasen y coman. Hay que ver que contrajodido y puñetero era ese conde. Y los medios de comunicación dejaron de ser un servicio público para convertirse en la bandería de los intereses comerciales. No me quejo. Esta es una democracia vigilada y hay que ir de compras al Corte Inglés. Es la vida moderna. O lo coges o lo dejas. Y la cosa empezó con Franco que trajo aquí a las grandes multinacionales. La Revlon, la Perkins, la John Deere, General Electric. Etc. uno escribió una vez en contra de la Westinghouse y la standard cuando estábamos comprando centrales nucleares a Estados Unidos y por poco me echan del “Arriba”. Un lector escribió una soflama contra mí. Me llamó buey. Ya estoy muy acostumbrado a este tipo de dicterios y tengo anchas espaldas aunque carezca de la entereza e importancia de Calvo Sotelo. La guerra civil vino como resultado de una crispación que yo lo he estudiado bastante bien por antiguas rencillas entre militares africanistas y peninsulares. Reciclese, don Verumtamen. Pues me reciclo pero a lo mejor no lo consigo Eso lo logró un genio de la comunicación que se llama José María. Se acabó el tiempo de las plumas galanas y de los nombres rimbombantes. Y vinieron los garcía los del Olmo las Encarnas de día y las encarnas de noche, degollaron a Balbín que en su programa La Clave había conseguido un nivel de excelencia como en pocas televisiones del mundo con la excepción de la alemana y la francesa se había adquirido. Lo descabezaron alegando que su audiencia era de minorías, lo que era un infundio, y vivimos en los tiempos de las grandes masas. Furbo... Furbo y salsa rosa, se ha dicho. Butaneros y cantamañanas y la información se ha tornado alienante y alienígena - tratando de emular a los anglosajones- aunque ha vuelto la tradición panfletaria del libelo estilo siglo XIX. Por esta vía se puede aniquilar perfectamente el alma de las naciones y crear un nuevo tipo de sociedad con otros atavismos y tics. El lavado de cerebro suma y sigue y la verdad es que la Iglesia que está en la mira de esta labor de zapa no lo ha querido ver o, si no lo ha querido ver, y por aquello de si no les puedes vencer únete a ellos, se ha subido al carro de los vencedores. Los grandes fenómenos en antena de la emisora de los curas se declaran agnósticos y luteranos. Yo pienso que si mala fue la era de Felipe González para los que nos hemos ganado la vida escribiendo la de Aznar fue nefasta. Una concatenación de torpezas y errores pero la verdad es que no tuvo él la culpa como tampoco la tiene ahora Zapatero que han de acatar las disposiciones de un teléfono rojo oculto en alguna parte y quien manda, manda. De esta forma mantener una independencia de criterio resulta no sólo oneroso y peligroso sino algo casi imposible. Lo dijo Ramiro y murió por esa idea: el gran problema de los españoles que se despellejan entre sí es una izquierda antinacional y una derecha antinacional. Hay a muchos que nos sigue gustando este proyecto de futuro basado en la síntesis y vivir, sentir y escribir con una idea de Estado en la cabeza por encima de las facciones y encontronazos de partido.
 Volvemos al sectarismo y a las divisiones de derecha y acaso al caciquismo que hizo fracasar a los dos regímenes constitucionales que tuvo España. Ahora estamos en la tercera y a la tercera va la vencida. A ver si puede ser. Joaquín Costa expuso el proyecto de Ledesma en otros pero casi en los mismos términos: el problema es de la despensa y la escuela. Ahora gracias a Dios no hay hambre, las barrigas parecen ahítas, pero puede volver a haberla. Sin embargo la gran ignorancia nacional sigue vigente. Es una escopeta cargada que nos lleva al guerracivilismo. Convendría pues una mejor educación de las masas irredentas. Nada tengo con el admirable luarqués José María García al que ya empezamos a llamar en la escuela de Periodismo de la Iglesia el Butanito - me alegro de que se haya recuperado de su enfermedad y que siga fumandose sus buenos vegueros- pues venía a clase, las pocas veces que iba, con una casaca del mismo color y en una Vespa.


 Siempre con prisas. Mirada de aguila. Un tapón de tío pero listo como el hambre y con una voz de Esténtor, maravilla en un cuerpo tan pequeño, que impostaba y que dio lugar a un estilo inconfundible y una voz propia ante los micrófonos. Es la gran cuestión en literatura y en periodismo: encontrar tu propia voz. El estilo es el hombre. Con poco bagaje cultural sin embargo supo sintonizar con las apetencias de la gente. Y los españoles de la primera transición encontraban en el deporte no practicado sino de la grada una válvula de escape a su adrenalina.
 Por eso en los ochenta se dormían escuchando las diatribas del pequeño y rubiales Butanito contra Porta, Soporta y don Jesús Gil que más de una vez le envió los padrinos. En fin, Furbo... Furbo el nuevo Dios de los españoles. Reyertas. Es la cólera del español sentado. Yo quiero creer que el personal no desea que se le informe sino que se le arponee. Los españoles dicen somos masoquistas. Le tenía al pobre Porta aquel presidente de la Federación de Futbol un soplón a la puerta de su vivienda y todos los españoles sabíamos cada noche a qué hora en qué minuto y cuánto duraba el paseo cuando don Pablo sacaba a su perro a mear. El mejor estilo de Pueblo lo acreditó este García. Creo escuela y ha tenido no pocos imitadores.
 Que se han hinchado a ganar perras en una profesión que proporciona algunas satisfacciones y bastantes sinsabores poco dinero y bastante caspa. Que es más que nunca el Cuarto Poder. El parlamento de papel. Aunque no es buen síntoma para una democracia el que la política se haga en las redacciones y que algunos prebostes y mandamás del sector tengan más peso específico que muchos ministros. Malo. Pero la información es poder y hoy es el Poder con mayúsculas. En su modestia uno que no es de derechas ni de izquierdas no entiende estas querellas de patio de vecindad porque a Butanito le hayan degollado una entrevista con el Loco de la Colina.
 Tenemos dos manos y dos ojos ¿no? Convendría seguir entonces sin bandazos a babor y estribor la trayectoria de la recta. Proa. Proa. Era un diario vespertino de León por cierto y un cachondo se lió a voces una tarde de allá por los años cuarenta cuando los periódicos se voceaban como si León fuera Londres y anunciaba:
- “Proa” Ha salido “Proa”: El Papa se casa con la Hilda y se marchan los dos al Caribe en viaje de novios.
Horror ¡qué titular en pleno Nacional catolicismo! El vendedor debía de estar borracho o debía de ser Genarín. Cerraron aquel periódico que era de la cadena del Movimiento tres meses y a su director por poco lo amarran a la sombra en San Marcos. Como a Quevedo por un soneto. Un titular mal trabado podía valerte no una misa sino que te lo dijeran de misas en aquellos tiempos Y de la misma casa salió don Luis del Olmo que creo que era locutor de la REM (Radio Cadena del Movimiento) en la emisora de Astorga. ¡Qué voz, señores, qué voz! Y ¡cómo la imposta! Creó escuela. Y enamoraba a las señoras cuando salía en antena aquel mozo de los ojos tristes y la voz seductora. Un maragato de Astorga. Moris captus -es lo que significa maragato- cautivado por los moros esto es tornadizo y don Luis con su varonil voz cautivaba a las parientas. Y todas las señoras se iban a comprar al Corte inglés con gran alarma de los maridos que protestaban:
- Esto es el colmo don Luis del Olmo.


Me lo encontré una vez que fui al Arrabal de Arévalo a vender libros cuando por culpa de una bollera me suspendieron de empleo. Estaba comiendo en La Pinilla del Olmo. Le acompañaba un guardaespaldas. ¡ Y qué tenga yo que estar aquí vendiendo libros como un cabrón y venga a comer el plato del día y este señor a la carta! Ante el mejor cochinillo! Soy tan buen periodista como él. La verdad es que don Luis y su zaguanete comieron poco y yo me hinché a sopas y garbanzos. Desde hace muchos años, inconsciente de mí, he renunciado a guardar la línea.
- Mira, Verumtamen, - me dije a mí mismo - Tú vives mejor que él. Te acabas de zampar un cocido a lo pobre que no se la salta un gitano y te has echado al coleto dos medias botellas de tintorro de la tierra que te hace ver la vida de otra manera. Arriba los corazones. Súrsum corda. Eres mucho más feliz. No llevas guardaespaldas pero eres más feliz. No cambiaste de chaqueta y duermes con la conciencia más tranquila.
Ahí está la maula. Que no cambiamos de chaqueta. Seguimos aferrados a ciertos ideales de la España eterna y nos trataron de locos y de borrachos. Se nos cerraron todas las puertas. Hicimos mutis por el foro pero seguimos al pie del cañón. Tenía que ser así en cumplimiento de las palabras del Caudillo que lo dejó todo atado y bien atado - y sigo pensando que su palabra es verdadera- y si su heredad se desata, creo que el ZP lo que intenta es salvar los muebles, habrá gresca. Por aquel mandato nuestro sacrificio. Nos ofrendamos nuestras vidas y nuestra carrera en holocausto. Eramos los albaceas de aquel legado histórico. Que haya paz y progreso entre los españoles y tuvimos que hacernos el loco y mirar para otra parte y aguantar estas tabarras de butaneros y cantamañeros y la melancolía de esas emisiones oceánicas de costa a costa la voz sexy de la radio una cosa parecida en tío a lo que es la Cristina Schlichting en mujer. ¡Dios qué voz más sensual! Y lo mejorcito de por aquí. La escuchas y piensas en el amor, qué voz de mujer, Además hija del Cuerpo. ¡Si no fuera tan carca!
Uno se pregunta cómo puede ser esto. Sólo ocurre en la radio de las repúblicas bananeras pero la verdad es que el talante de este pueblo es inclinado al caudillismo también en lo informativo. Eso arrevuelto con un poco de masoquismo porque al español de abajo le suele ir la marcha y nos da la fórmula. Los que postulamos un periodismo serio, una literatura como Dios manda y un saber estar y saber ser en demócrata tuvimos que callarnos. Hacer un mutis por el foro o ponernos a leer los Intereses Creados de don Jacinto. Que en estas guerras mediáticas que nos desinforman con su noticierismo y su culto a la personalidad fantasmagórica laten miras utilitarias. Detrás de estos grupos se ocultan muchas perras. ¡Ah, amigo! La ambición humana carece de límites. Sosieguense, señores.
-Así que no es usted de derechas don Verumtamen.


-Ni de izquierdas. Lo mío es el Centro. El comedio no el del pobre Adolfo Suárez al que tan mal hemos pagado por sus incalculables servicios prestados. Tampoco. Pero busco el equilibrio. Cuando todos hemos perdido el centro y un poco los papeles. Virtus in medio est. Buena consigna para un país de desequilibrados. ¡Señores de la radio no nos azupen los perros!

 

 

GRAHAM GREEN


GRAJAN GRIN


A tipos como él te los podías encontrar tomando el tren en el anden de la estación de South Ken a cualquier hora del día o de la noche. Siempre con gabardina o redingote, las vueltas del cuello echadas hacia arriba, los que les daba una aspecto dinámico de personaje del cine negro años cincuenta, mitad espías, mitad dirty old man.. Personajes como el de este inglés atiborraron la fantasía de mi niñez. Es que entonces veíamos muchas películas. De aspecto impecable, este inglés irreprensible de flemático aspecto resulta que le gustaba irse de putas. ¿Y a quien no? Alto, espigado, perfecto acento y buena facha pudiera ser el vejete verde que asusta a las colegialas en un callejón mostrándole lo que lleva debajo de la gabardina. Este tipo de morboso sexual en mis tiempos  londinensesse daba mucho.

Mr. Greene, sin embargo, era muy straight. Vino y mujeres. Buen cliente de las damas de toldo y arandela del Soho y de Pimlico que era donde había verdaderos encantos y call girl. Vivió bien la vida y ahora las gentes celebran su centenario. Sus libros, que no son tan importantes por lo que a renglón seguido diré, se venderán como rosquillas.

Aprendí a pronunciar su nombre (greian grin) correctamente cuando llegué a Londres en el verano del 64. Antes, lo pronunciábamos a la española, que suena más fuerte y sonoro con la jota que trajeron los moros.

Sin embargo, habíamos leído sus novelas o decíamos haberlas leído. Yo nunca pasé de la página treinta porque me aburrían soberanamente. Tanto la trama, la acción, el interés o eso que los griegos denominaban perístasis y para los ingleses es el plot a secas, al igual que el dialogo, me parecían algo lejano y distante.

Luego lo conocí personalmente y en una multitudinaria rueda de prensa en la Foreign London Correspondents, un edificio de estuco con cariátides y ventanas geminadas que daba al Palacio de Buckingham. Era como me lo imaginaba. Siempre una daifa de alquiler en su entorno. Le gustaban las putas, qué se le va a hacer.

 Me levanté a los postres y después de los vinos en esta comida homenaje (Greene, apasionado del Burdeos, acababa de descubrir las grandezas del Rioja) le dije, humildemente, lo que pensaba de su novelística. Se lo dije a sus jodidos morros que es usted un jodido bolo. Empezó a despotricar y a meterse con el general Franco. Tenía una idea muy exótica de España como buen inglés y luego se hizo amigo de y un cura gallego, el P. Durán, en cuya compañía viajó por el país a bordo de un seiscientos.

Su nombre siempre ha sonado bien entre nosotros. En los años cincuenta ya empezaron a darle bombo a costa del “Poder y la Gloria” que creo que trataba de un cura  cristero aferrado a la botella en tiempos de la revolución mejicana.  No pasé de la página quince y “Honorary Cónsul” lo tiré por la página tres.

Nos lo presentaban como un escritor católico. Pues, mire usted, menos globos. Creo que era uno de esos ingleses excéntricos que leyeron al cardenal Newman y siguen añorando la pompa y aparatosidad del rito latino. Sienten nostalgia de Roma como buenos amantes del poder y la gloria – el título es lo mejor del libro- en la línea un poco de lo que le ocurrió a Enrique VIII que después de secularizar a los monasterios le dieron remordimientos y seguía pidiendo misas en latín y canto gregoriano, atrito por las barbaridades que acababa de cometer.

Para entender esta interpretación del catolicismo  hay que darle muchas vueltas a la palabra Church  que viene del griego kirkos (círculo). Algo esotérico. Lo de fuera. Lo que pende de la gran estructura exterior. Algo como circus. Esta idea de circo máximo vuelve a aparecer en las novelas de Le Carré, el cual supera en sus novelas de espionaje a Greene o, cuanto menos – y es una opinión personal solamente – sus tramas son más interesantes y lúcidas. En ruso y alemán es el Kirkos lo que vuelve a prevalecer, mientras en español , francés e italiano es la palabra ecclesia o reunión – algo más esotérico o interior – como circulo o morada la que rige.

Unos llevan la fama y otros acarrean el agua y cria fama y echate a dormir. Su firma fue la primera gran operación de marketing editorial que conocimos en este país. Mucho ruido y pocas nueces. Lechetrezna son sus novelas y su prosa, un euforbiáceo. Al autor de “Nuestro hombre en Habana” le costaba trabajo escribir. Se impuso una disciplina de tres mil palabras por día que llevó a rajatabla hasta su muerte en  Antibes 1991.

No hay que ser un lince para intuir que sus páginas sobrecargadas de este pensum disciplinario o recado de escribir adolecen de ese lastre. Una buena novela no ha de ir a pie forzado. Ha de leerse a pie juntillas y ça va de soi que dicen los franceses. Al lector diserto no se le engaña y es que a veces los capítulos, por ejemplo, de  A burnt out case parecen escritos o con mucho güisqui encima o en una mañana de resaca.

Esa acidia de la cual se quejaba en sus entrevistas y que tanto le hicieron padecer en la adolescencia y lo pusieron al borde del suicidio asoma la oreja melancólica a lo largo y a lo ancho de sus escritos. Es tedium vitae, angustia vital.

Creo que su faceta como ensayista y periodista eran tan interesantes o más que su dramaturgia o su novelística. Me veo a mí mismo, acendrando la mirada retrospectiva, leyendo los artículos dominicales en el Observer. Era un escritor nuncupatorio   de grandes frases y de mejores títulos todavía: “Todos los escritores y periodistas tenemos algo de espías”, dijo en una interviú; “Un caso quemado”, “Nuestro hombre en Habana”, “England made me”. ¡Qué titulo más fantástico! ¡Qué frase más lapidaria! Para definir toda una vida. También a mí. Inglaterra nos hizo y nos deshizo.

La luz del norte inglés en aquella council house o vivienda protegida de Edenthorpe colándose por la ventana dfe la cocina taladraba una mañana que sabía a tostadas cxon mantequilla. Sobre el infernilllo chiflaba su canción de vapor el pote de calentar agua. Me iba a servirme la quinta o sexta taza de té. Cuando levantaba los ojos del periódico veía el campo de futbol donde algunos mozalbetes jugaban, las botas y los calzones se ponían perdidos de barro. Era la calma casi sacral del domingo inglés con sus encantos. Un poco de risa y algo de amor. Radio Doncaster ponía en antena canciones de los Beatles. Tea for two, efectivamente y “one each, another for the pot”.  Las reglas del buen teabrewer. A cucharadita por persona y otra por persona..

“England made me”. Todo un latigazo de evocación y de melancolía para el que suscribe. Mi amor de aquellas mañanas ingleses en el frío despertar del Yorkshire, ¿qué habrá sido de ti?, ¿Qué sería del poderío en el mirar que tuvo aquella mujer? Toda la obra de Graham Greene me arrastra otra vez hacia los dulces ojos que llenaban con su mirada los ventanales de nuestro modesto council flat aromando ahora mi añoranza por lo que pudo ser y no fue, por lo que descarriló de improviso. El tren partió y no volvió más. Ni siquiera dejó rastros ni señas ni hojas de ruta. Sólo el perfume de aquella nacarada piel de mi niña a la que sacaba a pasear por las heladas aceras de mi barrio de Edenthorpe. Estábamos en el paraíso ¡qué tontos! Y no lo sabíamos. Entonces la felicidad pasó de largo. El amor y la muerte son dos agregados de un mismo continuro irrevocable. El que se va no vuelve y esto es menester aceptarlo.

Por esa novela, un canto a Inglaterra y ambientada en Suecia, le denegaron el novel. Su nombre sonaba todos los años por octubre pero al final el galardón se lo concedían a otro. En ella este inglés patriota y acérrimo en su castillo puso a los suecos a caer de un burro. El material utilizado tiene algo de autobiográfico y evoca una etapa de la vida del autor en que trabajó para los servicios secretos ingleses. Estaba enamorado de una chica de Estocolmo. Aquel tren también descarriló.

Después, el escritor confiaría al papel  el trauma de aquella experiencia y según suele suceder de aquélla surgieron sapos y culebras. La novela es un ataque contra el nazismo. La bestia rubia se convirtió en bestia parda.. Inglaterra me hizo y me deshizo. También recuerdo que en la sala de espera del aeropuerto Heathrow compré un ejemplar de “Travels with my aunt” (viajes con mi tía). Leí con fruición algunos capítulos, luego me dormí y perdí el avión. Gracias a este aburrimiento y este retraso salvé la vida. Mi avión tendría un accidente cerca de Paris. Mister Greene, muchas gracias. Le debo la vida.

 

viernes, 4 de noviembre de 2016

EL ACUEDUCTO DE SEGOVIA ES DEL SIGLO I POR LAS SIGUIENTES RAZONES

Los que tuvimos la suerte de asistir a las clases de latinidad en las aulas de la complutense a cargo de Sebastián Mariner Bigorra aquel tarraconense catalán y profundamente español tan español que le colocábamos la túnica pretexta sobre los hombros y resultaba un perfecto ciudadano del imperio romano, nos empapamos de la grandeza de Roma que ningún otro pueblo igualó ni a la cultura del Lacio ha superado.

Recuerdo una de sus lecciones magistrales versó sobre el ara pacis y el acueducto de Segovia relacionando ambos edificios como una manifestación del poder de CAIUS IULUIS CAESAR AUGUSTUS OCTAVIANUS 27 a. c - 14.AD había nacido el año 63 a. c, muerto en Nola a los 77 años.

Fue quien cimentó del imperio creado por su tío Julio Cesar. El gran "structor" (arquitecto) dijo al morir "tomé una Roma de ladrillo y os la dejo de mármol" acta est fábula frase cincelaria como la de su antecesor alea jacta est. Magnificencia y munificencia unidas la paz octaviana el globo terráqueo o mundo conocido hasta entonces (ekumene) sometidos al cetro del lábaro SPQR.

No podía ser otro que él porque este puente de agua sobre el aire y cerca de doscientos arcos con doble cimbra colma la medida de ese carácter. Vean su magnificencia admirable y sobre todo el tabernáculo de la arcada superior en su estructura más alta donde se veneraba su imagen.

Aun a despecho de su carácter austero que no quería ser venerado como un dios, los doce cesares fueron considerados dioses en la tierra. Y esta norma permanece hasta el siglo IV. Por no acatarla vinieron las persecuciones y muchos hombres y mujeres fueron arrojados a los leones. Júpiter es la estatua que presidía el reverso de este edículo mirando a levante. El dio por terminada la conquista de las hispanias ya sometidos los vardulos vacceos astures y cantabros. Fue su reinado la época de la construcción de grandes monumentos y estradas como la calzada romana que conectaba Astorga con la vía Apia. El acueducto es contemporáneo no sólo del nacimiento de Cristo —el censo y empadronamiento del que nos habla el evangelio de Lucas fue obra suya computo a efectos fiscales los ciudadanos romanos pagaban impuestos indirectos y los advenedizos directos— la Casa cuadrada de Nimes y el anfiteatro de Emerita Augusta y de Cartagena. Incluso una ciudad española lleva su nombre Cesar Augusta (Zaragoza) y es lo más probable que las piedras de este inmenso puente para tan poco río fueran acarreadas extraídas de las canteras y berrocales que circundan a la ciudad de Segovia y esculpidas por picapedreros designados entre los milites y équites adscritos a la Legio VII Victrix la que sometió a los anglos y a los secuanos en la guerra de las Galias en situación de retiro o con pase de pernocta. Este cuerpo de ejército, radicado en León, invernaba si no entero, al menos en parte de sus alas o manipulos, en las castrametaciones de Coca, Bibilis, Uxama y la propia Segovia.

El acueducto en consecuencia aparte de una impresionante obra de ingeniería posee un lado mágico, de urdimbre órfica, un status olímpico en el que no se han fijado demasiado los historiadores.

Mariner pensaba que el poder de Augusto se consolidó precisamente en Hispania mientras que el de su rival Marco Antonio se concentraba en el dominio de Palestina y Galacia (Turquía)

El carácter apotrocaico o pasmoso del acueducto como morada de los dioses—estoy pensando ahora en la Cruz de los Ángeles de Alfonso II el Casto que impetra igualmente el favor de Dios— no fue tenido en cuenta por los cronistas.

Trajano no tuvo participación activa, como Adriano, en el dominio de la Hispania citerior ni ulterior, seguiría la senda marcada por Domiciano y Tito los cuales se concentraban en la empresa de someter a los partos, egipcios, panonios y a los habitantes de Asiria y Palestina.

El hecho de que un denario fuera encontrado en unas excavaciones aledañas a la gran fabrica no es argumento suficiente para datar al acueducto de Segovia hacia los inicios del siglo II.

Yo pienso humildemente con el profesor Mariner Bigorra a quien los dioses tengan en su olimpo (los rojos le mataron al padre y a un hermano en la guerra civil) que el Acueducto es medio siglo más viejo.

Tuvo un carácter sagrado o apotrocaico quizás en agradecimiento a las deidades romanas por la victoria de Augusto al que la estatuaria clásica le lo representa como un bello Apolo triunfador el pelo rizado y rubio ostentando el mando, por su victoria sobre Marco Antonio y Cleopatra en la batalla de Accio. Augusto paz en Europa al que cantó Virgilio como el divino Sebastos. El Mesías. El Enviado.   

EL ACUEDUCTO DE SEGOVIA ES DEL SIGLO I POR LAS SIGUIENTES RAZONES

Los que tuvimos la suerte de asistir a las clases de latinidad en las aulas de la complutense a cargo de Sebastián Mariner Bigorra aquel tarraconense catalán y profundamente español tan español que le colocábamos la túnica pretexta sobre los hombros y resultaba un perfecto ciudadano del imperio romano, nos empapamos de la grandeza de Roma que ningún otro pueblo igualó ni a la cultura del Lacio ha superado.

Recuerdo una de sus lecciones magistrales versó sobre el ara pacis y el acueducto de Segovia relacionando ambos edificios como una manifestación del poder de CAIUS IULUIS CAESAR AUGUSTUS OCTAVIANUS 27 a. c - 14.AD había nacido el año 63 a. c, muerto en Nola a los 77 años.

Fue quien cimentó del imperio creado por su tío Julio Cesar. El gran "structor" (arquitecto) dijo al morir "tomé una Roma de ladrillo y os la dejo de mármol" acta est fábula frase cincelaria como la de su antecesor alea jacta est. Magnificencia y munificencia unidas la paz octaviana el globo terráqueo o mundo conocido hasta entonces (ekumene) sometidos al cetro del lábaro SPQR.

No podía ser otro que él porque este puente de agua sobre el aire y cerca de doscientos arcos con doble cimbra colma la medida de ese carácter. Vean su magnificencia admirable y sobre todo el tabernáculo de la arcada superior en su estructura más alta donde se veneraba su imagen.

Aun a despecho de su carácter austero que no quería ser venerado como un dios, los doce cesares fueron considerados dioses en la tierra. Y esta norma permanece hasta el siglo IV. Por no acatarla vinieron las persecuciones y muchos hombres y mujeres fueron arrojados a los leones. Júpiter es la estatua que presidía el reverso de este edículo mirando a levante. El dio por terminada la conquista de las hispanias ya sometidos los vardulos vacceos astures y cantabros. Fue su reinado la época de la construcción de grandes monumentos y estradas como la calzada romana que conectaba Astorga con la vía Apia. El acueducto es contemporáneo no sólo del nacimiento de Cristo —el censo y empadronamiento del que nos habla el evangelio de Lucas fue obra suya computo a efectos fiscales los ciudadanos romanos pagaban impuestos indirectos y los advenedizos directos— la Casa cuadrada de Nimes y el anfiteatro de Emerita Augusta y de Cartagena. Incluso una ciudad española lleva su nombre Cesar Augusta (Zaragoza) y es lo más probable que las piedras de este inmenso puente para tan poco río fueran acarreadas extraídas de las canteras y berrocales que circundan a la ciudad de Segovia y esculpidas por picapedreros designados entre los milites y équites adscritos a la Legio VII Victrix la que sometió a los anglos y a los secuanos en la guerra de las Galias en situación de retiro o con pase de pernocta. Este cuerpo de ejército, radicado en León, invernaba si no entero, al menos en parte de sus alas o manipulos, en las castrametaciones de Coca, Bibilis, Uxama y la propia Segovia.

El acueducto en consecuencia aparte de una impresionante obra de ingeniería posee un lado mágico, de urdimbre órfica, un status olímpico en el que no se han fijado demasiado los historiadores.

Mariner pensaba que el poder de Augusto se consolidó precisamente en Hispania mientras que el de su rival Marco Antonio se concentraba en el dominio de Palestina y Galacia (Turquía)

El carácter apotrocaico o pasmoso del acueducto como morada de los dioses—estoy pensando ahora en la Cruz de los Ángeles de Alfonso II el Casto que impetra igualmente el favor de Dios— no fue tenido en cuenta por los cronistas.

Trajano no tuvo participación activa, como Adriano, en el dominio de la Hispania citerior ni ulterior, seguiría la senda marcada por Domiciano y Tito los cuales se concentraban en la empresa de someter a los partos, egipcios, panonios y a los habitantes de Asiria y Palestina.

El hecho de que un denario fuera encontrado en unas excavaciones aledañas a la gran fabrica no es argumento suficiente para datar al acueducto de Segovia hacia los inicios del siglo II.

Yo pienso humildemente con el profesor Mariner Bigorra a quien los dioses tengan en su olimpo (los rojos le mataron al padre y a un hermano en la guerra civil) que el Acueducto es medio siglo más viejo.

Tuvo un carácter sagrado o apotrocaico quizás en agradecimiento a las deidades romanas por la victoria de Augusto al que la estatuaria clásica le lo representa como un bello Apolo triunfador el pelo rizado y rubio ostentando el mando, por su victoria sobre Marco Antonio y Cleopatra en la batalla de Accio. Augusto paz en Europa al que cantó Virgilio como el divino Sebastos. El Mesías. El Enviado.